miércoles, abril 30, 2003

fiona apple. fast as you can
depeche mode. dangerous


A fresh day of madness

up, down, walking around... desde el inicio este ha sido un día rudo. Mucho calor, tanto que siento mareos de vez en vez y las ganas de quitarme la playera en medio de tanta gente. El tráfico estuvo fatal, esta ciudad ya me esta jodiendo realmente, aunque estoy acostumbrado (nací aquí). Tantos carros ya no caben en las pequeñas arterias abiertas en el inmenso cadaver que habitamos como gusanos. Un cadaver viejo, corroído, hermoso... Todo da vueltas mientras le pido al taxista que vaya mas rápido y la cuenta sigue aumentando y no para y no para y no para. Me siento el retorcido personaje principal de una novela cyberpunk también, la ciudad de México es totalmente cyberpunk, por eso se quedó atrasada y pasó de moda.

Largas filas de fierro y cristal atrapadas en un puente, bajarnos del puente y dar una vuelta que me cuesta 12 pesos. Una indígena que trae una pancarta con el logo de Shell (eso sí que fue raro...) bajarme del taxi antes porque no me queda ya dinero y correr tres cuadras bajo el calcinante sol de las 10 de la mañana.

Me llamó dos veces, lo sigue haciendo y ya me estoy encariñando aunque sé que no me interesa en lo absoluto como algo serio. Tan squared y yo tan en contra de todo eso... mi vida ha quedado reducida a eso, a puntos suspensivos que se convierten en ligereza y en viscosidad...

Un pago que no llega y que ya doy por perdido, nubes grises, la pantalla en el magicolor que tanto me gusta y frente al cuál me drogo con chicles caducados y todos los breezers que puedo tomar en 10 minutos. Bad joke.

Me desquicio, si esos cabrones no me pagan ¿De donde voy a sacar el dinero? No se me ocurre nada, no prospera la idea de empeñar algo o vender nada porque todo es valioso para mí. Vendería tu recuerdo, alguna de tus caricias, las mordidas que me diste aquella vez en el auto, las marcas que dejaste en mi espalda y en mis pensamientos. Nada de eso sin embargo tiene mas valor que en mi cabeza. Decido no darle importancia, tragarme un tafilito y esperar los 30 minutos de rigor para sentir sueño, distorsión del tiempo y las distancias, que estas en la habitación de a lado, esperándome con tus Diesel ajustados y esa playera que compraste en tu viaje a Barcelona y deja ver tu vello saliendo del pantalón, llegando hasta tu ombligo. Siempre tuve ganas de lamer tu ombligo, el tuyo, no el de él, a tí que nunca pude tocarte mas allá de las esperanzas y los protocolos forzados hasta límites obscenos.

El día transucurre como siempre pero hay algo raro que me llama la atención. Todo mundo parece estar preocupado, tenso, exitado... al salir a la calle se siente una especie de brutalidad en el aire que me da miedo y me escondo detrás de aquella camioneta gris que siempre se estaciona frente a mí y que parece conducirse sola. Se acaban mis ganas, me lavo constantemente la cara, subo al estudio con aire acondicionado donde se llevan las cuentas gordas del corporativo que sostiene a la empresa. Comemos birria. Hace mucho que no comía birria y una fanta, comida grasosa y espesa muy ad hoc para la ocasión. Planteo, sugiero, guiño por primera vez con la posibilidad de renunciar al trabajo y dedicar los días a dormir y quedarme acostado bajo el efecto del alcohol, pastillas o las lágrimas repletas de coraje y de tristeza. Justo como antes. Pasado.

Asshole.

Un idiota hace una broma machista, me molesto y me voy del lugar. Llego al baño y me masturbo, frente al espejo, con el ventilador de fondo y la idea de su mano recorriendo mi piel. Bajando sus shorts de entrenamiento, brusco, con el hot de adrenalina que despide un entrenamiento de soccer europeo. Sentir como se repaga y puedo oler el sudor que cae de su frente sobre mi cuello, lamerlo, morderle los labios y pedirle que no tenga consentimientos.... Disfrutar de sus fuertes embestidas, su fuerza, sus vellos que pican la piel que cubre mi cuerpo. O quizás el de las garras y los jeans ajustados que me tomara por sorpresa y abusara de mí. Asco.

Ayer por la noche vi una película: día de furia. Mala, llena de clichés pero con una idea buena que pudo haber dado para mas.

¿Y si yo un día enloqueciera y tomara el revolver que guarda mi madre escondido en su cajón y le disparara a cualquiera que me hiciera enojar? El lento taxista, la cajera respondona, los compañeros hipócritas? Sería un buen guión para la segunda parte. Ja, y eso que aun no temino de filmar la primera, y se nos acaba el presupuesto, las ideas, la sal y la pimienta.

Te necesito.

Ese mail tuyo que encontré hoy en mi bandeja me emocionó pero me llenó de miedo, porque puede ser el primero o el último. Solo tú puedes decidirlo.

Solo tú.












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