domingo, agosto 24, 2003

El clima en Europa es calcinante. Han llegado a temperaturas récord en todas las ciudades principales y pequeños poblados. En su mail que mandó luego de regresar comentaba lo difícil que fue estar a temperaturas de 35 o 36 grados sin clima en las tiendas ni en el cuarto del hotel (de hecho se hospedaron en un hostal, nada glam el asunto). Aca por el contrario el clima nunca es predecible. Nunca sabes si salir con chaqueta o sin ella, si necesitas portar el paraguas o sales con playera veraniega en una época que aun lo es. Por lo general siempre es lluvioso, con tendencia a lo nublado después de las 16:00 y un calor sofocante, seco entre las 11:00 y las 15:00. Hay veces que me gustaría experimentar un calor sofocante, para poder decir con bases que me encuentro en el infierno. Así como hoy. Hoy es domingo. 24 de agosto. cielo nublado, temperatura tibia, todo es tibio. Nada hay que te pueda sorprender en un punto de la ciudad donde todo es día de lavanderia y realities pirateados que no tiene ningun caso ver. ¿Husmear por las ventanas? ¿Convertirte en voyeur amateur? Todo da risa, nada es serio ni formal. He aprendido a sobrellevar la situación, a convertirme en un peón más en el tablero. Es chistoso ¿Sabes? Uno quisiera devorarse al mundo y el mundo es el que termina devorándose tus sueños, tus fantasías.

Anoche volví a soñarlo.

Sueño que puedo ver a los locutores del programa de radio que comunmente escucho. Los veo y hablan sobre mí. Hay risas, gente en la cabina, todos hablan pestes de mí. Entro a escena yo y trato de defenderme, ellos me cuestionan sobre los momentos más vergonzosos de mi existencia. Me cubro la cara. No lo soporto. ¿A qué se debe todo esto? De pronto uno de ellos me avienta, con fuerza, y salgo disparado fuera de la cabina. Ya no escucho nada, solo puedo mirar a todo mundo a través del cristal mientras hablan de todas esas cosas que he logrado mantener en secreto frente a mis nuevas amistades y contactos. Me despierto y siempre comienzo a recordar todas esas cosas que hice mientras la vida era bella y yo renegaba de cosas que hoy me parecen estúpidas, sin importancia.

He logrado hacerme de muchas cosas, de cierto prestigio que sin embargo no me da nada más que superficialidad y buenos consejos. He decidido romper con el círculo vicioso pero... es tan difícil.

Leo en los anaqueles del Sanborns, de muchos de ellos, con la mirada perdida y mi atención en la gente que me rodea. Todos parecemos estar haciendo otra cosa, pensando en todo lo que ha sucedido durante el día, dándonos un tiempo para descansar de la rutina que parece hacernos explotar. He estado a punto del colapso nervioso varias veces, en plena calle, en alguna estación del metro, en algún camellón. He logrado superarlo.

Las cosas que parecen no tener impirtancia sona quellas que terminan convenciéndote de lo contrario, de que aun no puedes estar solo, de que tú no eres una buena compañía para tí mismo. Odio admitir que hay días en los que no me soporto y desearía ser alguien más, un personaje de frívolo anuncio Ck, en el que todo el tiempo esté besándome con alguien más, con alguien similar a mí mientras mostramos orgullosos la fragancia de nuestros sueños, el reloj que nos hace continuar sobre el camino. Un beso.

quiero tener sensaciones fuertes, quiero que todo esto termine, quiero limpiar mi karma, quiero volver a las andanzas, quiero experimentar en cabeza ajena, quiero tirar el conformismo a un lado, quiero eliminar la mala suerte de mi agenda, quiero retrasar el vuelo que me lleve al futuro, quiero comer más pasta, quiero subirme al sube y bajas que adivina lo que piensas, quiero sentirte cerca, quiero volver a ser quien era.

Soy lo que soy.

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