jueves, junio 19, 2003

El último fin de semana fue intenso. Se sintió breve y quedaron ganas de mas días de desventuras. Comer cortes argentinos, chistorra, empanadas de carne y varias copas de vino. Los lentes obscuros de una chica llamada Minerva y disfrutar el sabor que tiene el postre de leche en aquel restaurante de la colonia Roma.

Subir, bajar. Buscar en internet. Internet. Se ha vuelto mi segundo hogar, mi ayuda involuntaria, mi lugar de recreación, una casa de citas, una sección de personales de periódico local.

Anger.

Melancolía y canciones de los ochentas y los noventas. [I just] die in your arms de cutting crew, Tiga, sucesos inevitables que pasamos de frente.

Soledad.

Una soledad en medio de un gran cuarto con gente celebrando el día del padre. Qué me importa donde está el mio, por mí que se muera. La comida y el sexo se funden para crear placeres irrelevantes que no logran llenar esos espacios que me han quedado dentro luego de tantas batallas perdidas.

No victim.

de nadie, por nada, nunca mas.

placebo, la factoria, christina aguilera, conformaron el soundtrack de la conversación mas constructiva que he tenido en años. Un dilema. rosas marchitas en el suelo blanco.

necesidad y ansiedad por ver a Figo, en la pantalla, en un trozo de papel, sin mas contacto que el que permiten las tintas indelebles de una revista o las descargas de una pantalla plana.

El sábado de nuevo ir al colmillo luego de bastante tiempo de no dejarme ver por esos lares. Solo? sería bueno intentarlo.

madreselva.

Colmillo Bar





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