lunes, junio 09, 2003



pixies. where is my mind?
depeche mode. black celebration
this mortal coil. it'll end in tears

B i t t e r

necesito verte
sin tocar
sin hablar
solo verte
sentir tu calor
y regresar
a mi fría realidad.

Tantos mails que ha comenzado a mandar no me dicen nada en realidad. Solo chain letters que se pierden en el espacio, solo aire reciclado, que ha sido respirado por alguien mas. La rutina esta por quebrarse, en una semana o dos. Comenzará una nueva a la que le tengo cierto miedo y quisiera tener tus brazos para guardarme ahí dentro, sentir la coraza de tu espalda protegiendo mi debilidad y mi falso sentido común. ¿Quienes eran? No importa, todo queda en el pasado como noticias que nunca fueron leídas y que fueron cubiertas por una capa de pintura azul, como la de mi habitación.

jawbreakers

en el ombligo, en la cintura, en el costado de mis brazos, en mi tatuaje, en mis tantas cicatrices invisibles, llevo todo mi pasado, todo lo que no puedo borrar ni quiero. Solamente es cuestión de arrebatarle la felicidad a alguien y hacerla mía, disfrutar de una felicidad robada y falsa. No puedo.

Los discos de los pixies que logré rescatar del infierno me sirvieron de compañía la tarde del viernes. Por la noche salir a comer con A. cualquier cosa, platicar de lo mismo, sentir la necesidad de buscar a alguien mas, perderme en los ojos y en los brazos del que tenía ahí en la siguiente mesa. La frustación que sientes cuando hablan, ríen y se besan con su novia, la frustración que siento cuando me sorprendo lastimandome de nuevo con los alfileres que guardo en mi subconsciente y las risas que se escuchan a lado. Siempre te soñe así, como apareces aquí, frente a mí con las pupilas dilatadas y el cabello despeinado, en esta dorada terraza vacía, sin nadie que nos moleste o nos pregunte porqué. Todo a la deriva. Sería capaz de todo por besar tus labios y recorrer tus piernas con mis manos, temblorosas, con olor a piña y miel. Es mi fantasía. Y nadie nos dice la hora, nadie interrumpe. Quito la arena de tu negro cabello y, como si leyeras mi mente, me pides que me acueste y me aprisionas. Aquí no existe tu esposa, ni tus hijos ni tu fama. Aquí no existe mi pasado, ni mi tío ni los proyectos a fuuro. Aquí solo estamos tú y yo, mezclándonos, burlándonos en sus caras. Mi playera de Tool cae a la piscina justo en el momento en el que entras en mí. Aquí no importa lo que piensen de mí o de tí, aquí el sabor de tu sexo es perfecto, aquí la sangre no duele y no averguenza estar boca abajo. ¡Sonríe! quiero ver tus lindos dientes salir de esa carnosa caja en que los guardas, quiero sentirte mío completamente, con todo lo que llevas dentro, con todo tu pasado tan difícil como el mío, superado. Quiero cambiar de escenario y ahí estamos, en el callejón de la esquina intercambiando saliva. Siento tu barba que me hiere dulcemente, que me rasguña el cuello. Oigo tu voz que me da las órdenes que gustoso obedezco. Ya no esperes mas, no lo pienses, déjate venir entero, muerde mis labios y alimentate de mí, descubre de lo que estamos hechos... vente conmigo.

En mis sueños siempre es tu orgasmo el que se trunca. Nunca he podido retener tu escencia. Me despierto el sábado y veo entonces las fotos de la GQ que me prenden tanto. En mis sueños por momentos Figo, por momentos . Son lo mismo.

Y volver a tener conflictos con mi madre y pelearme con Dios y blasfemar todo lo que pueda. ¿Qué puedes hacer? Muéstrame de lo que estas hecho. El peor castigo que puedes recibir es esa nada que se ríe a tus espaldas. Sabes que se encuentra ahí, a tu lado, y sin embargo te ignora.

¿Cuantas cervezas soy capaz de tomar sin marearme? Al reunirme con el staff de otro proyecto que tengo en mente no pude averiguarlo. Son abstemios. Al anochecer salí con Mo. después de tanto y platicamos mucho y hasta cantamos. Hay de vergüenzas a vergüenzas, y esa fue una de las agradables, ni siquiera fue tal, ahora que lo pienso. Luego comer, falafels, recordar los tiempos de la prepa y la necesidad angustiosa de despedirme de ella porque no quiero volver a esos tiempos en los que te perdí y no quiero que mencione tu nombre. Terminar temprano y regresar a casa y no hablar con nadie porque estoy en uno de esos periodos en los que me he peleado con todos porque REALMENTE todos son una mierda conmigo. Y yo sin poder contarles todos mis problemas, y yo sin sentir nada mas que vacío. Ese es el dolor, eso es lo que conozco como malestar.

Los domingos siempre tengo pereza, y este no fue la excepción. Salir con mi primo a dar una vuelta cerca, al centro de Coyoacán, babosear y pasarla bien a pesar de no tener mucho dinero, reir y platicar de muchas cosas, darme cuenta de que él es una de las pocas personas en las cuales puedo confiar. Tomar sodas (ahorita te cuento algo sobre eso), caminar sin rumbo, hablar de mis proyectos y de la falta de los suyos. Regresar a casa de mi abuela por la tarde y salir por un helado a Santa Clara. Todo parece ir bien. A pesar de la llamada que nunca hizo E., el de MAzaryk y que había quedado de hacer, a pesar de los daños, a pesar de todo.

Miro al cielo y el color rojizo, casi púrpura se ríe de mí, se ríe conmigo.

S T O P








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