El domingo por la mañana me llama el tipo que me dejó plantado y trata de convencerme de que tuvo problemas y que no fue su culpa y luego de muchas suplicas y de que me caliente con sus fantasias de hard sex, termino cayendo de nuevo y nos citamos para las 14:00. Salgo a comer aca al centro de Coyoacán y después me dirijo en un taxi hasta la calle en la que estuve unas horas antes. Llego y trato de llamarle pero se termina la batería de mi celular. Compro una ladatel de 30, le llamo y espero dos minutos. Cuando llega me doy cuenta de algo terrible: es un tipo con el que ya me había citado antes!!! y debo decirte que fue una de mis peores decepciones que he tenido. Muy alto, con una cabeza bastante pequeña, cara de retardado mental (no es broma) y pésimo caracter. Es una persona muy rara, y las dos veces que he estado cerca de él incluso me ha dolido la cabeza, una vibra muy rara. Evidentemente le digo también esta vez que no quiero nada y se va molesto. ¿Y yo qué? 100 pesos de los taxis del día anterior, 100 pesos de la tarjeta de prepago, 40 del último taxi y 30 de la ladatel, ademas de mi tiempo y coraje ¿Para eso?
Mientras espero el taxi de regreso se me ocurre una brillante idea: llamarle a la pareja del menage. Me dicen que si les interesa y que nos veamos en su calle para ir a su departamento. Me voy a la Condesa en otro taxi ero en el camino me surge la duda. Si este tipo que tenía una descripción fabulosa resultó tal fiasco, estos que me parecían guapitos ¿Cómo resultarian?
Domingo en la Condesa.
Llegué solo y me sentí raro, desprotegido, pero al mismo tiempo lleno de energía. La Condesa es una de las colonias mas cosmopolitas de Ciudad de México. Se puso de moda en los noventas y se convirtió en una especie de Soho a la mexicana. Ahí puedes encontrar gente de todas partes del mundo y sus calles son como verdaderas pasarelas, tanto por la ropa vanguardista de diseñador que encuentras como por el hecho de que el 50% de la gente parecen modelos de Vogue o GQ.
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